sábado, 11 de febrero de 2012

Siete cates

Sentada en el sofá, con los brazos cruzados, el ceño fruncido y morros, unos
morros que casi tocaban la tele, así estaba yo mientras mi padre me regañaba.
Y es que estaba ya harta, harta de que todo el mundo la tomara conmigo,
primero los profesores, esos estúpidos sabelotodo habían sido los primeros en
tomarla conmigo, empeñados en que no atendía en clase sus estúpidas explicaciones
sobre tonterías como la reproducción de los cangrejos o las palabras que llevan hache
o no, seguro que fue otro profesor estúpido-sabelotodo el que inventó una letra que
no se pronuncia.

Después mi madre, quejándose de que se me olvidaba de hacer mis tareas de
casa ¿No se puede una olvidar un día de hacerse su cama? Que la haga ella si tanto le
molesta, a mí no me importa que se quede sin hacer, ni que se quede la ropa en el
suelo tampoco, lo peor es que tenga que soltar siempre “Desde que tienes novio”.
Luego vinieron mis amigas con el rollo “desde que sales con Berto no nos
haces caso”, pues ellas mismas, si no pueden comprender que tengo ganas de estar
con mi novio, si no les gusta como soy que se busquen otra amiga.
Pero no me lo hubiera esperado nunca de mi padre, él nunca se metía en esas
cosas, decía que total para un par de fines de semana que me veía no me iba a
regañar, primero le pareció mal recogerme el Viernes por la noche para que pudiera
pasar la tarde con Berto, pero cuando le pedí que el Domingo me llevara a casa
después de comer ya se enfadó conmigo.
-”Primero tu madre me dejó por otro y ahora tú”
Ahora estaba enfadado conmigo de verdad, total porque he suspendido siete.
-Pero si matemáticas las ha suspendido casi toda la clase y la profe de religión
es tonta, esas dos no tendrían que contar
-Déjate de excusas, si te hubieras esforzado un poco seguro que hubieras
aprobado, por lo menos casi todas
-No te preocupes, que a la próxima las apruebo
-¿Cómo vas a aprobar si pasas de todo?
-¡No paso de todo! ¡Esta mañana me has visto que he estado haciendo un
trabajo de catalán!
-¡Pues eso! ¿Tú crees que después de dos semanas de vacaciones tienes que
hacer el trabajo el domingo que tenemos comida familiar?
-Bueno, pero lo he hecho ¿No?
-Pero lo tenias que haber hecho antes, que hoy era el día de ver y estar con tus
primos, no de estar haciendo el trabajo, aparte que no se deben dejar las cosas para el
último día ¿Si la impresora se llega a quedar sin tinta cómo lo hubieras presentado?
-Pues se lo hubiera dicho a la profe que la impresora se quedó sin tinta y lo
hubiera llevado el martes
Entonces mi padre suspiró, bueno más bien fue un soplido fuerte y largo
-A ver, déjame ver ese trabajo
Me acerco a la mochila de mis cosas, saco el trabajo y se lo enseño, doce
páginas como quería la profesora, a doble espacio y letra 14 porque si no se quedaba
en menos pero de eso no dijo nada.
Se lo enseño y empieza a leer, pero lejos de alegrarse y felicitarme, empieza a
enfadarse aún más, observo como incluso se pone rojo de rabia.
-Ana, pero si has hecho faltas ortográficas hasta en el titulo
-¿Cómo?
-“Trabajo de català” es “Treball de català”
-Bueno sí, no me había fijado, un error lo puede tener cualquiera ¿No?
-Y ¿Profesor: Rosser?
-Sí ¿Qué tiene de malo?
-¿Es profesor o profesora?
-Bueno ¿Qué más da?
-Seguro que a ella sí le importa, igual que seguro que también le molesta que
hayas escrito mal su nombre porque se escribe “Roser” ¿Cómo quieres que te
apruebe si no eres capaz de poner bien su nombre?
Después de decir eso me tiró el trabajo y dijo:
-Está bien, dame la mora negra
-¿Cómo?
-¡Ya me has oído!
-Pero ¡No me la puedes quitar! ¿Cómo podré hablar con Berto sin ella?
-Haberlo pensado antes
Mi padre, me miraba con la mano extendida para que depositara en ella mi
aparato más preciado, con ella podía estar chateando con Berto las largas horas que
pasaba sin él, sin mi Black Berry serían eternas.
-Papá, no me puedes dejar sin ella, sabes que en casa de la mama no tenemos
Internet, sin ella no podré chatear con mis amigas
-Esto funciona así: No hay esfuerzo, no hay recompensa, si te esfuerzas y
apruebas, tendrás recompensa, quién algo quiere, algo le cuesta
-Esta bien, te prometo que me esforzaré más y aprobaré pero no me la quites
-Ya te he dado demasiados votos de confianza, confíe en ti cuando me jurabas
que sacaste el movil en clase para mirar la hora ¿A qué si?
-Pero esta vez te lo prometo de verdad ¡No ves que si me quitas la BB mis
amigas me dejaran de lado?
-Ya las has dejado tú a ellas, por lo que tengo entendido
-¿Y si por culpa de no poder chatear perdemos el contacto con Berto y me deja?
-Pues te habré hecho un favor
-¿Cómo puedes decir eso?
-Si eso es lo que vales para él, mejor que lo dejéis cuanto antes
-¡No puedes hablar en serio!
Después de decir eso, no aguanto más y me voy llorando a mi habitación, él por
lo visto no ha tenido bastante y golpea la puerta.
-¿Me darás la mora negra por las buenas o tendré que llamar a bloquearla?
Abro la puerta y la cojo en la mano para dársela.
-Si me la quitas, te odiaré siempre
-Prefiero hacer lo correcto y que me odies a que me quieras mucho y dejarte
hacer lo que te de la gana
Se la dejo en la mano y cierro la puerta de un portazo.


sábado, 4 de febrero de 2012

El pantano


Dicen que todo grupo tiene los siguientes miembros: La líder, la guapa, la lista, la imprescindible sin la cual se separa el grupo y el chico. Mi hermana tenia su grupo desde pequeña, siempre iban juntas a todo.
Cuando acabaron el bachillerato mi hermana Maribel y sus amigas decidieron irse unos días de acampada al pantano de Riudecanyes a celebrarlo, yo me ofrecí a llevarlas pero ni mis padres ni los de sus amigas les permitieron quedarse solas así que decidí quedarme de acampada esos días con ellas.
Seria un poco incomodo, aunque me llevaba muy bien con sus amigas, muchas veces las había llevado o acompañado a sitios o había sido su cómplice en alguna escapada.
Además, de toda la vida habíamos ido muchas veces a pasar días allí, ya que nuestros padres nos llevaban muchas veces de niños y sus amigas se apuntaban en ocasiones, les encantaba el lugar por eso lo eligieron para irse de acampada.
Allí fue donde donde nuestros padres nos enseñaron a nadar Maribel y a mí, y también fue donde yo enseñé más adelante a Laura, una de sus amigas que no había aprendido todavía, Laura era la líder del grupo, siempre se hacía lo que ella decía, tenia un carácter muy fuerte y una gran nobleza, siempre ayudaba a las demás cuando tenían un problema o ante cualquier injusticia, decían de ella que nunca lloraba.
Alejandra, era sin duda la guapa del grupo, una barbie de carne y hueso que se había apuntado al grupo, Eva era la lista y mi hermana era sin duda la que hacía que el grupo siguiera unido.
Llegamos y dejé el coche donde siempre, montamos las tiendas y ellas se tumbaros a tomar el sol, mientras yo buscaba un libro en mi mochila.
Cuando salí de la tienda y las vi tumbadas al sol tuve una extraña sensación por debajo de mi estomago y es que mis padres son naturalistas, por eso paramos en aquel rinconcito olvidado, porque nos hemos acostumbrado desde niños pero en ese momento viendo sus cuerpos tostándose al sol, me dí cuenta que ni mi hermana pequeña ni sus amigas eran ya unas niñas.
Me tumbé a su lado y me puse a leer mientras ellas hablaban de sus cosas y de chicos del instituto, no quise participar en la conversación porque era bastante íntima y me sentía en fuera de juego, en esas le preguntaron a Laura si le gustaba algún chico ahora, ella contestó.
-¡Claro! David
-Pero tía, cuando te vas a dar cuenta que David pasa de ti, ya estuvisteis saliendo y te dejó
-No lo dejamos, me pidió parar un tiempo y se lo estoy dando
-Despierta tía, me ha tirado la caña a mí, a Alejandra – Dijo Maribel señalándola
-A mí antes de estar con Monica y también lo intentó con Marta, etc. -Replicó Alejandra
En esas Laura se levantó y dijo:
-Voy a bañarme un rato
Y se fue al agua mientras sus amigas comentaban.
-Me he pasado pero es que se tiene que dar cuenta ya de una vez
Ninguna de ellas se dio cuenta, supongo que ni se fijaron, la creían así de dura, bueno normalmente era así de dura, sólo yo me dí cuenta que llevaba las pupilas encharcadas como una pequeña fuga mientras contenía la gran explosión.
Me levanté y me fui al agua detrás de ella, cuando me vio acercarme se zabulló para que se le mojara la cara y no se le notaran las lágrimas.
-Déjame, quiero estar sola
Sin hacerle caso me acerqué hasta ella
-No te avergüences por llorar, es normal
Ella iba andando sin meterse a donde cubría, bordeando la orilla nos íbamos alejando de las demás chicas, cuando se dio por vencida de que no la dejaría sola me preguntó.
-¿Por qué no le gusto es que no soy guapa?
Girándose hacia mí, abrió los brazos como posando, para que yo pudiera evaluarla, yo aproveché que se había parado para pasarle el brazo por encima del hombro como medio abrazandola.
-¡Claro que eres guapa! Además, si no le gustaras no hubiera salido contigo
-Ya, pero ahora prefiere cualquier otra antes que a mí
-Bueno, pues ahora quiere cambiar, tendrás que respetarlo
-Pero es que, no lo entiendo ¿Por qué lo hace?
-Bueno los chicos como David son estúpidos, creen que saliendo con muchas chicas serán más machotes, por eso lo ha probado con todas
-¿Y qué puedo hacer para qué se de cuenta?
-¿Por qué las chicas siempre queréis cambiar a los chicos?
-Yo no quiero cambiarlo sólo quiero que me quiera
-Ves, debes olvidarle, eres una chica muy maja seguro que encontraras un chico mejor que David
-Pero yo lo quiero a él
Estábamos abrazados dentro del pantano pero el agua sólo nos cubría por encima de la cintura, estuvimos un buen rato hablando allí abrazados, podríamos decir que nuestras almas conectaron, ya hacía rato que había dejado de llorar pero seguíamos abrazados, noté que algo importante estaba pasando, me dio un poco de miedo y dije:
-¿Te acuerdas? Aquí fue donde te enseñé a nadar – Intentando cambiar de tema
-Ya
Contestó ella mientras me miraba con una sonrisa tierna, le había quitado el brazo de encima para soltarla pero ella me seguía abrazando por la cintura con la cabeza en mi pecho, entonces subió la cabeza y me dio un beso en la boca, yo sentí como una descarga que me recorrió en cuerpo, entonces supe que ya había pasado y ya no había vuelta atrás, nos volvimos a besar una y otra vez.
Empezamos a acariciarnos, primero por la espalda, luego más abajo, cada vez con más intensidad, cuando estaba claro como íbamos a acabar ella me pidió.
-Ten cuidado conmigo, que es la primera vez
Sentí una sensación extraña, como de miedo o de responsabilidad, nunca olvidará este día y era yo el que tenia que hacer que fuera maravilloso.
Entonces nos separamos un poco más del grupo y sobre la arena de la orilla hicimos el amor, lenta y apasionadamente, después nos quedamos abrazados y ella dijo:
-La próxima vez no dirás que aquí me enseñaste a nadar, dirás que aquí me enseñaste a hacer el amor
-Bueno, puedo decir las dos cosas ¿No?
Y desde ese día soy uno más de su grupo, soy el chico y el novio de la líder