miércoles, 24 de febrero de 2016

Como empezó todo

Ahora que "El barrio de los sueños rotos" es una realidad tangible es el momento de recordar como empezó.

Empezó siendo un relato pequeño, de tres páginas. Yo estaba en una web de escritores y cada uno hacía un relato cada semana sobre un tema. Después los comentábamos. Alguien sugirió hacer un relato donde salieran un cura, una prostituta,un policía y un retrato de Maquiavelo.

A mí, se me ocurrió una historia he hice el relato. Yo hice uno que me encantó -serían las tres primeras páginas de la novela- y por eso fui continuando la historia.
No me resultó difícil: Los personajes tenían fuerza propia y ellos mismos me iban diciendo su camino, pidiendo hacía donde querían dirigirse o como iban a reaccionar.

Poco a poco se fue complicando la trama y algunos personajes secundarios fueron ganando protagonismo hasta llegar al final de la historia.

Una vez acabada, me la miré orgulloso ¡No estaba nada mal! Era una buena historia, por eso decidí enviarla a aquel concurso ¿Por qué no? Me pareció que tenía posibilidades y por probar no perdemos nada.

Mi novela no ganó el concurso y ya casi me había olvidado, cuando tiempo más tarde recibí un email en el que me decían: "Dada la calidad de la novela hemos decidido publicarla".

Yo me quedé sorprendido, atónito, incluso pensé que podía ser un timo. Hoy día no te puedes fiar de las cosas que te envían por internet. A fin de cuentas, uno está harto de recibir emails diciendo: "Enhorabuena ha ganado usted un coche de lujo" ¿Por qué éste iba a ser verdad?

Me puse a buscar por Internet información sobre Ediciones Altera y vi que era una editorial seria: No era ningún timo.


Ahí empezó un proceso hasta entonces desconocido para mí: La edición.

"Necesitamos que nos envíe los agradecimientos, una sinopsis para la contraportada y una pequeña biografía y una foto para la solapa ¡Ostras! Tenía bastante claro a quién agradecer el libro y la sinopsis tampoco fue difícil. Pero odio describirme: Siempre he pensado que deben ser otros los que lo hagan pues tenemos una visión subjetiva de nosotros mismos.

Después vino la portada y otras tareas más tediosas como la maquetación. Todo un largo proceso hasta llegar al día de hoy en el que ya es una realidad.



martes, 23 de febrero de 2016

El barrio de San Judas

El Viernes asistí a una cena solidaria para recoger fondos para una escuela en Nicaragua. La asociacion AQUN se dedica a ayudar a un colegio construido en un barrio pobre en Managua donde la mayoría de los niños no van al colegio.

Cuál fue mi sorpresa cuando vi que el barrio pobre se llama  San Judas como en mi libro. Eso que es un nombre inventado. De hecho Judas Iscariote, ni siquiera lo hicieron Santo.


jueves, 18 de febrero de 2016

En recuerdo de mi tío



Hace un año que nos dejó mi tío, el tite como lo llamábamos. Aunque me cueste pienso que debo acordarme de él. Porque creo que las personas que nos dejan, en cierta manera siguen vivas mientras los recordemos y sólo desaparecen del todo cuando las olvidamos.

Por lo general, cuando pensamos en alguien que ya no está, siempre nos viene a la memoria la última vez que lo vimos con vida pero yo no quiero.
Me niego a recordarlo tumbado en aquella cama, cansado de luchar contra una enfermedad que lo había consumido y con la muerte afilando su guadaña en la sala de espera.

Prefiero recordarlo en su invernadero montando cerchas, revisando tomateras o preparando el plantel. Porque mi tío con sus 85 años iba todos los días al invernadero hasta que el cáncer vino a visitarlo.

O recordarlo en su casa, sentado en la mesa de su terraza bebiendo vino y contando como le engañaron aquella vez que cambió un buey por una burra preñada, las cosas que le pasaban cuando iba a la sierra, con su burro y cambiaba la chumbos por patatas o lo que tuvieran y otras anécdotas de cuando vivía en el pueblo y tenía que hacer peripecias para ganarse la vida. Su pueblo: Nacimiento donde ahora descansa.

miércoles, 17 de febrero de 2016